domingo, 12 de octubre de 2008
Mariposas de colores: las verdaderas Bellas Durmientes del Bosque
jueves, 9 de octubre de 2008
¡Falsos escorpiones viajan en turismo de lujo!
Trataremos de explicarnos: existe un grupo de invertebrados arácnidos, parecidos a escorpiones pero mucho más pequeños y desprovistos de colas. El parentesco con los verdaderos escorpiones es muy lejano. Se conocen más de 1600 especies en el mundo y se alimentan de pequeños invertebrados que viven en el suelo o en la madera de los árboles que han caído.
El parecido principal surge de la presencia de las quelíceras o macanas, con la que suele atrapar su alimento. La pieza móvil de estas macanas posee dos características importantes: un diente con el cual inocula veneno para paralizar su alimento y comerlo, y además una glándula de seda con la cual teje sus capullos. El seudoscorpión está desprovisto totalmente de cola.
La segunda aseveración, la referida a que viajan en turismo de lujo, es quizá más cercana a la verdad imaginaria. No pretendemos decir que en los buses de la famosa compañía de transporte turístico se consiguen pseudoescorpiones, No!. Lo que tratamos de decir es que en el trópico americano existen pseudoescorpiones que se trasladan de un árbol a otro asidos a la superficie superior y posterior del abdomen y protegidos por la cobertura de las alas del escarabajo arlequín Acrocinus longimanus, un gran coleóptero, cuyo cuerpo, de llamativo colorido, puede medir casi diez centímetros de largo y desplegar unas patas anteriores o “manos” que son extremadamente largas en el macho.
El ejemplar que mostramos en esta imagen fue encontrado en la Reserva Ecológica Giuáquira, cargando sobre sus espaldas cuarenta pequeños pasajeros, que indudablemente viajaban en un escarabajo de lujosa ornamentación.
CRB.
La noche no duerme porque las chicharras, los grillos y las ranas no la dejan.
Pareciera que el sentido del oído se pone más acucioso por la noche. Cualquier ruidito se percibe, y si es repetitivo o persistente resulta ser o tornarse en algo muy molesto. Habiendo escuchado los sonidos de la naturaleza en distintos ambientes naturales de Venezuela se nos ocurre pensar en compararlos y preguntarnos cómo es que la noche misma, es capaz de dormir con tanto ruido!.
En el gélido páramo, el silencio de la noche es casi sepulcral. Ningún bichito que se precie se atreve a salir con ese frío a cantar o a celebrar nada. Ni siquiera una marcha nupcial de luciérnagas se escucha. Apenas el viento frío se percibe de tiempo en tiempo cortando el espacio. Hay que apretarse bien el gorro de lana para que el viento no nos corte las orejas.
En el mar, el sonido del constante ir y venir de las olas domina, y no permite escuchar más nada. Es un sonido arrullador, un soporífero, que algunos psicoterapeutas utilizan como música de fondo para relajar a sus pacientes en tratamiento.
Pero… en la selva tropical, sobre todo en las proximidades de los ríos o lagunas, donde el agua se empoza en charcas, como a orillas del río Yaracuy, el ensordecedor y persistente canto de las ranas es un poema de amor, para sus parejas. Si hay muchos árboles, entonces casi al comenzar la noche y despedirse el día las chicharras se alborotan y cantan de lo lindo; eso si, muy acompasadamente. ¡Y para completar los grillos…! ¡Hay... los grillos! Ésos si que se dedican a cantar, sin ánimo de terminar, toda la noche.
Con razón la pobre noche se queja. Y es que tiene pocas opciones, porque si se va al páramo pasaría frío y si se va a la playa, se marea con el vaivén de las olas del mar. Puede que decida quedarse y se distraiga contemplando a la luna, pero como ésta siempre le muestra la misma cara, no es una opción tan buena y la pobre noche, finalmente, pasará “otra noche” sin dormir. CRB.
Hay mariposas que tocan maracas mientras vuelan joropos
No sé de cuál opción se trata, pero lo cierto es que divierten mucho al observador, pues invariablemente suelen posarse cabeza abajo sobre la corteza del tronco de un árbol de mango, a tomar sol. Y… de rato en rato emprenden las vertiginosas y complicadas persecuciones aladas, que casi parecen peleas de perros o de gatos voladores, si éstos volar pudieran. Hay varias especies que hacen lo mismo, y la verdad da gusto observarlas y escuchar ese menudo toque de maracas que, cuando es muy intenso, nos recuerda también el ruido del chisporroteo de las hojas del bambú cuando se quema.
Hay variedades para todos los gustos y para pasar un ratoagradable disfrutando del aire fresco bajo la sombra, comiendo mango y escuchando a las mariposas tocar con sus maracas invisibles un joropo sin cuatro, sin arpa y sin capachos. CRB.
miércoles, 8 de octubre de 2008
La Rothschildia erycina, un polilla con ventanillas transparentes en sus alas
En la Reserva Ecológica Guáquira, cerca de San Felipe en el Estado Yaracuy, estamos haciendo un muestreo visual y fotográfico de la variedad que llegan a nuestra trampa de luz. Poco a poco, en esta página, iremos agregando las imágenes de los maravillosos insectos que nos visitan y que gratifican nuestra visión.
Comenzamos con las imágenes del macho (arriba) y la hembra (abajo) de Rothschildia erycina, una de las mariposas nocturnas más vistosas de la familia Saturnidae representada en el mundo por unas 1.250 especies. El dimorfismo sexual es muy acentuado en cuanto a las formas tamaños y proporciones de las alas en ambos sexos y se puede percibir claramente en las fotografías.
Estas mariposas son de las llamadas polillas, de hábitos nocturnos y se caracterizan por poseer antenas relativamente cortas que parecen pequeñas escobillas en forma de plumas. Según Roster Moraga y Daniel Janzen, dos biólogos amigos costarricenses, esta especie se distribuye desde México hasta Paraguay. Es una mariposa bastante grande pero con una vida bastante corta. La madre pone los huevos sobre una planta específica que servirá de alimento a sus larvas.