Trataremos de explicarnos: existe un grupo de invertebrados arácnidos, parecidos a escorpiones pero mucho más pequeños y desprovistos de colas. El parentesco con los verdaderos escorpiones es muy lejano. Se conocen más de 1600 especies en el mundo y se alimentan de pequeños invertebrados que viven en el suelo o en la madera de los árboles que han caído.
El parecido principal surge de la presencia de las quelíceras o macanas, con la que suele atrapar su alimento. La pieza móvil de estas macanas posee dos características importantes: un diente con el cual inocula veneno para paralizar su alimento y comerlo, y además una glándula de seda con la cual teje sus capullos. El seudoscorpión está desprovisto totalmente de cola.
La segunda aseveración, la referida a que viajan en turismo de lujo, es quizá más cercana a la verdad imaginaria. No pretendemos decir que en los buses de la famosa compañía de transporte turístico se consiguen pseudoescorpiones, No!. Lo que tratamos de decir es que en el trópico americano existen pseudoescorpiones que se trasladan de un árbol a otro asidos a la superficie superior y posterior del abdomen y protegidos por la cobertura de las alas del escarabajo arlequín Acrocinus longimanus, un gran coleóptero, cuyo cuerpo, de llamativo colorido, puede medir casi diez centímetros de largo y desplegar unas patas anteriores o “manos” que son extremadamente largas en el macho.
El ejemplar que mostramos en esta imagen fue encontrado en la Reserva Ecológica Giuáquira, cargando sobre sus espaldas cuarenta pequeños pasajeros, que indudablemente viajaban en un escarabajo de lujosa ornamentación.
CRB.
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